Los años con ella fueron una etapa de mi vida, y
ahora empieza otra etapa en la que ya no está. Echarla de menos a cada
instante, pensar en todo lo vivido a su lado y sentir un gran vacío y tristeza
es inevitable. No pretendo estar siempre alegre, pero desde hoy intentaré
seguir por mi camino, con su recuerdo en el corazón, y con las fuerzas y la
energía que me regaló hasta el último instante. Será un camino duro, difícil de
andar, pero será el camino que a ella le hubiera gustado recorrer con nosotros,
y sólo por eso le debo mi sonrisa.
Donde quiera que estés, HOY TAMBIÉN TE QUIERO.
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